La máquina del tiempo
De chico me atrapaban
las historias de ciencia ficción, viajes espaciales, futuros posibles y
creaciones inimaginables. Para mí, la más fascinante de todas siempre fue la
máquina del tiempo, las había de todos los tipos y formas; y cada historia
planteaba como sería viajar en el tiempo, cambiar algo, crear paradojas, me
llevaban a pensar como sería una realidad sin la linealidad temporal de pasado,
presente y futuro.
En esa edad donde la
fantasía y realidad conviven, soñaba despierto la posibilidad de encontrarme
con un viajero del tiempo y vivir algún tipo de aventura asombrosa.
El tiempo pasó, el
niño se convirtió en un niño interior y la fantasía en un recuerdo a lo lejano.
Por ese entonces mi vida era normal entiendo, no tenía nada de ficción u asombro,
aun así siempre seguí pensando en el viaje en el tiempo, pensando… hasta que
todo cambio.
Mi descubrimiento
modifico todo, lo imposible se hizo posible. Al principio fue una intuición,
una chispa encendida que poco a poco fue cobrando fuerza, y claro, siempre había estado allí, pero
todo lo que se me había enseñado, todo lo que había aprendido me decía que no
era posible, así lo creí, es sorprendente como una idea colectiva crea
realidad, pero fue a través de una idea que me traslade de ese colectivo y
entonces… ¡Descubrí el viaje en el tiempo!!!
-¿Escéptico? Deje que
le cuente, no lo invente, ¡lo descubrí!!! viajar en el tiempo es una capacidad
innata de las personas, pero mientras no tenemos conciencia de ello, la
desconocemos, usted por lo que veo desconoce la suya.
Creo que las
películas de ficción nos jugaron una mala pasada, tanto ver maquinas del tiempo
que entendemos que se necesitaba de una, y
así el intelecto se enfoca en construir una, en poner la solución fuera de uno,
vaya trampa.
-¿Le cuesta entender?
Sé que puede ser mucho para digerir de golpe, creo que si escucha mi método
podrá luego reconocer su propia capacidad de viajar en el tiempo.
Lo primero que hay
que hacer es detectar a otros viajeros, es más fácil cuando sus viajes son por
un lapso sostenido, la ausencia los delata. Vasta detectar uno para luego
verlos a todos y con práctica hasta los más sutiles, hecho esto uno toma
conciencia de sí mismo y comienza a viajar a voluntad, sea en compañía o en
solitario.
Esto puede ayudar, le
describo tipos de viajeros para que entrene su percepción, están los viajeros
al pasado, muchos viven allí, unos por nostalgia añorando esa época que
consideran de oro. Otros viven en el pasado por el rencor, resintiendo esa
época de dolor, “re” es un prefijo de repetición, por eso resentir significa,
volver a sentir lo que necesariamente ya paso, es contradictoria voluntariamente
aferrarse al dolor, pero sucede y para muchos es un viaje sin vuelta, otro tipo
curioso son los viajeros que desdoblan dimensiones y viven en un pasado que
nunca sucedió.
Están también los
viajeros al futuro, sienten a gusto vivir en una ansiedad constante, en el
mañana, ese mismo que nunca llega, se mueven como rayos en un frenesí
constante, se están yendo de una época antes de llegar.
-¿Qué por donde he
estado? Yo he tenido viajes de todos los tipos y tengo mis conclusiones, usted
ya sacará las suyas, lo que puedo decirle hoy es que cuando mi época presente
no resultaba lo atractiva que deseaba, viajaba al pasado o al futuro en un
instante. –Sí, en un instante, porque no hay maletas que preparar, cuando se
viaja no puede llevar ni traer nada, no se confunda, quienes creen que pueden
traer algo del pasado solo están llevando consigo a los demás a esa época.
Lo que entendí con el
tiempo es que no todos eran viajes de placer, a veces huía, y cada vez que lo
hacía perdía la oportunidad de hacer algo para cambiar aquello que me pesaba,
me convertía en un nómada errante carente de destino o sentido, embarcado en
viajes que llevan a ningún lado. A veces nos perdemos para encontrarnos, otras
nos perdemos para evitar el encuentro.
Hay viajes de ida y
otros de huida, cuando las circunstancias nos superan hacemos los segundos,
pero hay que tener cuidado de no confundirlos y saber la medida justa y
necesaria.
Hoy por hoy, de tanto
en tanto pierdo la brújula y tengo que revisar hacia donde me dirijo, procuró
si visito al pasad que sea para refrescar un conocimiento, sanar una
experiencia, perdonar y también visitar fugazmente a quienes ya no están, fugaz
porque ya habrá tiempo de sobra para un reencuentro.
Cuando viajo al
futuro busco información para proyectarme y elaborar mi hoja de ruta.
Trato de viajar lo
justo y necesario, porque el hecho de poder viajar en el tiempo no significa el
tener todo el tiempo del mundo, este sigue pasando y las oportunidades y
experiencias se viven en el presente.
El presente, es como
un plato recién servido, puedes devorarlo en ansiedad, compararlo con
anteriores y no permitir que te sacie, o paladear sus sabores en un fugaz
devenir y disfrutarlo como es.
Lo bueno del pasado,
es que ya ha pasado. Si lo que paso fue bueno es porque hubo un Hoy donde
sucedió, entonces hoy es una oportunidad para que suceda algo genial. Tu pasado
es tu maestro, el futuro tu motivación, el presente es donde está la acción.
Buen viaje.
Manuel
Carral.-
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