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lunes, 11 de enero de 2016

Tarde a ningún lado



Estoy llegando tarde y no voy a ningún lado
Mientras tanto el tiempo pasa dejándote rezagado
No espera por vos, no espera por nadie, 
O lo tomas en un encuentro o lo dejas ir para perderlo por completo, 
Estoy llegando tarde y no voy a ningún lado.


martes, 5 de enero de 2016

El Primer Aporte Diferencial

El Primer Aporte Diferencial

Los ámbitos y circunstancias dependen del azar, pero de nosotros depende su gestión, a veces nos toman por sorpresa otras las elegimos y acometemos a voluntad.

Los entornos vinculares pueden ser como las circunstancias: a veces azarosos y espontáneos, otras por pura elección, lo cierto es que ellos también nos definen, nutren o degradan.

Hay un factor común a las variable enunciadas, un factor que debemos cuidar mas que a nada, el merito propio, ya que uno es el primer aporte diferencial a la circunstancia, al ámbito y al vinculo.

La gestión de nuestra vida es una cuestión de méritos, nuestras acciones son aportes que alimentan un estado de cosas y hechos.


El merito es el limite/frontera de nuestro accionar, no tenemos control mas allá de nuestro propio merito.
Por todo esto para gestionar nuestra a realidad, debemos centrarnos en el aporte propio, y el primer aporte somos nosotros mismos.


Manuel Carral.

miércoles, 16 de diciembre de 2015

martes, 15 de diciembre de 2015

Te evades o te encuentras

Te evades o te encuentras

No es lo mismo, aceptar a resignar, te liberas o te condenas.


domingo, 13 de diciembre de 2015

Una partida de cartas en el tren

Una partida de cartas en el tren:


La vida tiene tantas metáforas y comparaciones, es como si no pudiésemos definirla tal cual es, sin embargo encontramos distintas formas de explicárnosla.  

Tomar un aspecto particular de la vida, para entender el todo, es una forma, ya que en un punto estamos hablando de los mismo.

Por ejemplo la vida es como una partida de cartas, no importa el juego. El azar baraja, nos sabemos que nos va a tocar, una buena o mala mano no garantiza el resultado.

A veces hacemos mucho con poco, otras nos relajamos y malogramos una buena situación. 

Nuestros recursos y circunstancias hacen al desenlace, pero no lo determina, finalmente somos nosotros los que jugamos la partida.

Hay momentos en la vida que jugamos solos, otras acompañados. Se gana y se pierde y es así como vamos aprendiendo a jugar. 

Lo cierto que en la vida como en las cartas, hay que decidir de pagar por ver o irse al mazo. No sabemos que va a pasar, no sabemos que es lo mejor, solo que en cada decisión vamos jugando la partida.


Dicen que las oportunidades son como los trenes no pasa dos veces el mismo, decidir es elegir a cual subir y cual dejar pasar, sostener un estado de cosas o iniciar un cambio. No sabemos que pasará cuando lleguemos, lo que si sabemos es que hay que ir para saber.

Muchos factores modelan nuestras decisiones, la sabiduría es algo que se adquiere en el camino, eso implica subir y bajarse de varios trenes, jugar varias partidas. 
En conclusión parece que solo hay una forma de vivir la vida, y esa es viviendola.

Manuel Carral.

sábado, 31 de octubre de 2015

Parábola de la Rana Hervida

Parábola de la Rana Hervida:


Si introducimos una rana en un recipiente con agua hirviendo, esta, saltará inmediatamente para salir de él, pero, si introducimos al animal en agua a temperatura ambiente y empezamos a calentar paulatinamente la misma, la rana permanecerá dentro del recipiente sin notarlo, hasta morir literalmente hervida.- 


Nos somos tan distintos a la rana. En las distintas "ollas" de la vida, actuamos por costumbre, algunas buenas y otras malas, (“La rutina puede degradar, pero también puede proteger“ (Richard Sennet)). , sean ámbitos laborales, sentimentales, familiares, etc.-
Cuando empezamos a padecer una situación desagradable, por ejemplo, en lo laboral , ya sea por un jefe déspota, un entorno enrarecido o incluso casos más graves de acoso de cualquier índole, y no actuamos, dejamos poco a poco que la temperatura aumente, llegando a extremos nocivos.-
Los accidentes pasan, las cosas malas pasan, pero muchas veces, las situaciones nefastas que vivimos, no aparecen por arte de magia, se gestan, momento a momento, padecemos algo, pero lo soportamos por un fin mayor, que a veces es necesario, pero otras veces solo permiten, que degradando poco a poco se instale una realidad insostenible, una bola de nieve tan grande, de la que no podemos escapar.-

-¿qué ha sido de la ilusión y motivación que tenía cuando empecé en este trabajo?
-¿qué ha sido del amor por mi pareja, como es que ahora no nos soportamos?
-¿ cuándo se han hecho mis hijos mayores de repente? o ¿cuándo he perdido su confianza y hemos empezado a distanciarnos?
-¿qué ha sido de mi salud? ¿Cómo he ganado tanto peso?, ¿cómo puedo tener el colesterol tan alto?, ¡qué mayor me veo de repente!.

Reflexión Final:


Esta parábola nos muestra, que cada momento, cada detalle y decisión ponderada a lo largo del tiempo es el camino recorrido, hacia el destino que es nuestro Presente. Presente que muchas veces se vuelve elusivo, ya que a veces vivimos rememorando un pasado, o soñando un futuro, claro que de vez en cuando, encontramos nuestro centro, en el medio de la circunstancia, nos miramos a nosotros mismos, y damos cuenta de que llegamos a donde estamos, sea bueno o malo, por, dentro de otras cosas, la tendencia que elegimos o acatamos.-

Esta parábola, nos permite ver, tanto que un “Buen” o “Mal” presente se construye día a día, tomar conciencia de la gradualidad de los cambios, y empezar a notarlos, funciona como “termómetro” , nos da información, abre el panorama, y entonces podemos dirigir nuestra “acción”, para fortalecer un buen camino, o apártese de uno malo.

Manuel Carral.-

sábado, 12 de septiembre de 2015

La máquina del tiempo

La máquina del tiempo






De chico me atrapaban las historias de ciencia ficción, viajes espaciales, futuros posibles y creaciones inimaginables. Para mí, la más fascinante de todas siempre fue la máquina del tiempo, las había de todos los tipos y formas; y cada historia planteaba como sería viajar en el tiempo, cambiar algo, crear paradojas, me llevaban a pensar como sería una realidad sin la linealidad temporal de pasado, presente y futuro.

En esa edad donde la fantasía y realidad conviven, soñaba despierto la posibilidad de encontrarme con un viajero del tiempo y vivir algún tipo de aventura asombrosa.

El tiempo pasó, el niño se convirtió en un niño interior y la fantasía en un recuerdo a lo lejano. Por ese entonces mi vida era normal entiendo, no tenía nada de ficción u asombro, aun así siempre seguí pensando en el viaje en el tiempo, pensando… hasta que todo cambio.

Mi descubrimiento modifico todo, lo imposible se hizo posible. Al principio fue una intuición, una chispa encendida que poco a poco fue cobrando fuerza, y  claro, siempre había estado allí, pero todo lo que se me había enseñado, todo lo que había aprendido me decía que no era posible, así lo creí, es sorprendente como una idea colectiva crea realidad, pero fue a través de una idea que me traslade de ese colectivo y entonces… ¡Descubrí el viaje en el tiempo!!!

-¿Escéptico? Deje que le cuente, no lo invente, ¡lo descubrí!!! viajar en el tiempo es una capacidad innata de las personas, pero mientras no tenemos conciencia de ello, la desconocemos, usted por lo que veo desconoce la suya.
Creo que las películas de ficción nos jugaron una mala pasada, tanto ver maquinas del tiempo que entendemos que se necesitaba de una,  y así el intelecto se enfoca en construir una, en poner la solución fuera de uno, vaya trampa.

-¿Le cuesta entender? Sé que puede ser mucho para digerir de golpe, creo que si escucha mi método podrá luego reconocer su  propia capacidad de viajar en el tiempo.

Lo primero que hay que hacer es detectar a otros viajeros, es más fácil cuando sus viajes son por un lapso sostenido, la ausencia los delata. Vasta detectar uno para luego verlos a todos y con práctica hasta los más sutiles, hecho esto uno toma conciencia de sí mismo y comienza a viajar a voluntad, sea en compañía o en solitario.

Esto puede ayudar, le describo tipos de viajeros para que entrene su percepción, están los viajeros al pasado, muchos viven allí, unos por nostalgia añorando esa época que consideran de oro. Otros viven en el pasado por el rencor, resintiendo esa época de dolor, “re” es un prefijo de repetición, por eso resentir significa, volver a sentir lo que necesariamente ya paso, es contradictoria voluntariamente aferrarse al dolor, pero sucede y para muchos es un viaje sin vuelta, otro tipo curioso son los viajeros que desdoblan dimensiones y viven en un pasado que nunca sucedió.

Están también los viajeros al futuro, sienten a gusto vivir en una ansiedad constante, en el mañana, ese mismo que nunca llega, se mueven como rayos en un frenesí constante, se están yendo de una época antes de llegar.

-¿Qué por donde he estado? Yo he tenido viajes de todos los tipos y tengo mis conclusiones, usted ya sacará las suyas, lo que puedo decirle hoy es que cuando mi época presente no resultaba lo atractiva que deseaba, viajaba al pasado o al futuro en un instante. –Sí, en un instante, porque no hay maletas que preparar, cuando se viaja no puede llevar ni traer nada, no se confunda, quienes creen que pueden traer algo del pasado solo están llevando consigo a los demás a esa época.

Lo que entendí con el tiempo es que no todos eran viajes de placer, a veces huía, y cada vez que lo hacía perdía la oportunidad de hacer algo para cambiar aquello que me pesaba, me convertía en un nómada errante carente de destino o sentido, embarcado en viajes que llevan a ningún lado. A veces nos perdemos para encontrarnos, otras nos perdemos para evitar el encuentro.

Hay viajes de ida y otros de huida, cuando las circunstancias nos superan hacemos los segundos, pero hay que tener cuidado de no confundirlos y saber la medida justa y necesaria.

Hoy por hoy, de tanto en tanto pierdo la brújula y tengo que revisar hacia donde me dirijo, procuró si visito al pasad que sea para refrescar un conocimiento, sanar una experiencia, perdonar y también visitar fugazmente a quienes ya no están, fugaz porque ya habrá tiempo de sobra para un reencuentro.

Cuando viajo al futuro busco información para proyectarme y elaborar mi hoja de ruta.

Trato de viajar lo justo y necesario, porque el hecho de poder viajar en el tiempo no significa el tener todo el tiempo del mundo, este sigue pasando y las oportunidades y experiencias se viven en el presente.

El presente, es como un plato recién servido, puedes devorarlo en ansiedad, compararlo con anteriores y no permitir que te sacie, o paladear sus sabores en un fugaz devenir y disfrutarlo como es.

Lo bueno del pasado, es que ya ha pasado. Si lo que paso fue bueno es porque hubo un Hoy donde sucedió, entonces hoy es una oportunidad para que suceda algo genial. Tu pasado es tu maestro, el futuro tu motivación, el presente es donde está la acción. Buen viaje.


Manuel Carral.-